martes, 30 de octubre de 2018

22

Amarás a Pizarnik

Es un*ángel bullente de palabras, incapaz de soportar cualquier mirada mientras las escribe. Siempre las mismas miradas que te arrancan el corazón, cara a cara con o sin caretas, <<sentía su respiración en mi brazo, sabía que me estaba mirando>>.
Sí, solo tenía que liberarlas, palabras y miradas todas juntas, a la salida de cada laberinto que es un juego aunque te juegues la-vida es mar, es deseo, es pausa >su propio sucidio> da sentido a todo cuanto había escrito antes, es el final de su obra (la coherencia es importante), porque si no, todo cuanto escribió Pizarnik son versos de los mismos que escriben lo mismo de siempre sin serlo: auténticos suicidas.
*este poema tenía que tener algo de ella, con cambios de hora y miradas atrás "ángel bullente" pertenece a "Algo", a "La última inocencia", a León Ostrov, 1956.

sábado, 20 de octubre de 2018

21

Sí, sí, no-nos-las-merecíamos,
habíamos utilizado mal esas palabras
y ahora sonaban-mal,
había que dejar de usarlas,
usarlas sin insultar.

domingo, 14 de octubre de 2018

20

A su mirada durmiente caían hojas secas sobre la tierra lejana-persona. Eso, o el placer de descansar bajo un árbol en cualquier lugar del mundo. Disfrutar del otoño!! Abrazos de Poesía magnética!!

domingo, 7 de octubre de 2018

19

VIVO EN EL ABECEDARIO DE LOS DÍAS
A veces vivo tarde, vivo en la cama
donde no te atreves a mirarme;
con una camisa de mangas largas
rodeándome la cabeza, a oscuras.
Vivo sentimientos encontrados en palabras de la A a la Z; en a-mar a-martes vivo tardes de miércoles a jueves con horas fundiéndose a amaneceres de mis ganas de verte.
Vivo más días de altibajos que domingos.
Vivo donde te tropiezas >si me esquivas>la boca a versos en tu cuaderno de notas, yo también me >dejo> pasar el tiempo.
Vivo solo, vivo contigo.
Vi-vo en el abecedario de los días.

miércoles, 3 de octubre de 2018

18

El final de las tormentas de verano llegó>al fin<tu cuento encuentra mi corazón abierto, unas manos a uno y otro lado del cristal; el tiempo ha movido las hojas con viento, llueve y el agua resbala por las ramas y tronco de este árbol que soy. Eres ciudad, no eres ciudad hasta que vives para contarlo.